Vistas de página la semana pasada

lunes, 29 de agosto de 2011

Fuga

Antes que cualquier otra cosa

                     ardo

lluvia en el pecho del sediento

así quemo

No termino de pasar por el mundo, no ceso.

Antes que cualquier otra palabra

                    inundo

ráfaga de mar en el azul del ahogado 

mojo la mirada de quien se atreve a mirarme

y soy

Bah! ¿Qué tipo de animal es el poeta?

Qué puedo ser
Qué puedo ser
Qué puedo ser
Qué puedo ser... que no sea yo...sin que lo sepa.

lunes, 22 de agosto de 2011

El sonido de las estrellas

Hace unos días, un portal español publicó la nota del peculiar sonido que emiten algunas estrellas (llamadas Perseidas), al entrar en contacto con la atmósfera. No agrego más comentarios, júzguenlo ustedes mismos.

http://youtu.be/jQNHE_fpDOI

Está bien, no aguanté las ganas: precioso es el sonido del misterio.

Instrucciones para NO pensar en ella

Antes de comenzar con las indicaciones, se especifica que el pronombre “ella” es la posibilidad de aludir a cualquier mujer que pueda llegar a ausentarse aun estando muy cerca de usted; ya sea por un título (noviazgo, amigos con derechos, o sólo una amistad) o, por el contrario, se trate de una conversación no dicha que, sin embargo, explique la distancia entre los dos de manera irrefutable.

En primer lugar, conserve la calma. Para no pensar en ella, tal y como sucede cuando no se piensa en nada, es preciso romper todos los relojes de la habitación donde se encuentre. Como es sabido, los recuerdos inexistentes (o bien la evocación de un futuro imposible), no suceden jamás en un sitio donde no ha pasado el tiempo y, por ende, tampoco es comprensible el término distancia en ninguna de sus formas.

En segundo lugar, despeje sus ideas y ocupe su mente. Es más sencillo ignorar los pensamientos cuando se tiene la cabeza fría y el entendimiento ocupado. Tal y como versa un refrán: “la mente en blanco es oficina del Diablo”. De tal suerte, es recomendable tararear una canción, realizar algún deporte o simplemente dar un paseo. En este punto, evite aquellos espacios donde pudiera encontrarla. Respire.

Ya un poco más sereno y con las ideas claras, procure conversar y divertirse con sus amigos: Conocer nuevas personas y escuchar otros puntos de vista le ayudarán a expandir su horizonte cultural y, al mismo tiempo, incrementarán sus oportunidades para conocer diferentes individuos.

Eluda las comparaciones. Bajo ninguna circunstancia vincule actitudes, gestos, palabras o afinidades de una persona con ella. Los seres son independientes y distintos pese a las similitudes que pueden llegar a presentar.

Intente pasar un tiempo a solas pero no se aísle del mundo (los ambientes solitarios sólo atraerán los pensamientos que trata de evadir), ni abandone sus actividades cotidianas. Con el transcurso de los días podrá dilucidar sus sentimientos y, simultáneamente, ordenará su perspectiva con respecto a la situación. Mantenga los ojos abiertos y el corazón firme, que no endurecido. El amor, sea el afecto que sea, no precisa de cobardes.

Por último, deseché todas la sugerencias, consejos y palabras, así como los recetarios que tengan como finalidad el no pensarla, o peor aún, el olvidarla. Si verdaderamente no desea saber en absoluto de ella, arránquese los ojos, córtese lo oídos, arroje su lengua por el retrete y brinde a los perros (sin son de la calle mejor) la inutilidad de sus manos, acarícielos.

Este punto es vital para lograr su cometido porque el conflicto nunca ha sido ella, sino usted. Entienda: no hay recetas para vencer la distancia, mucho menos formulas para el olvido. La única instrucción para no pensarla, es darse cuenta de que, por usted, ella jamás consultaría un instructivo…

No importa si se trata de barcos; de aviones o de sombreros,
el océano siempre reconocerá el papel, sin instructivos.

Hombre Inquieto

Lo importante es dar el primer paso. El camino viene después, cuando los pies no alcanzan a retornar sobre sí mismos y el avance es inminente. Eso es lo que somos cuando corremos a resguardarnos de la lluvia, o cuando huimos de una estampida de automóviles. Cuando discutimos a mitad de la calle con nuestra pareja y salimos corriendo tras ella si nos muestra la espalda; eso es lo que cuenta, lo que somos, el puro movimiento.

Así aconteció también en Puerto Príncipe, Haití, cuando un movimiento brusco de la tierra (terremoto) devastó el país en febrero de 2010. Tal y como se muestra en la imagen, los estragos del seísmo son catastróficos. Sin embargo, un hombre completamente desnudo encara la tragedia y se dirige a su encuentro. Tiempo más tarde, la imagen fue galardonada con el premio Ortega y Gasset en España.

Un hombre, sólo un hombre basta para hacer girar la tierra. Esta característica la tuvo presente Antonio Machado, poeta español que jamás conoció las Antillas del Caribe y, no obstante, redactó hace más de medio siglo: “ caminante, no hay camino, se hace camino al andar…” La fotografía es rotunda. No puede ser de otra forma, sólo nosotros, los humanos, caminamos hacia lugares desconocidos. Siempre trazando la ruta de quienes vendrán más adelante. Siempre buscando, siempre nómadas, siempre insatisfechos aun después del terremoto.


domingo, 21 de agosto de 2011

La letra es un momento

Antes de llegar a su final, el mundo necesitar ser contado. Antes, mucho antes de cualquier explosión o inevitable colisión cósmica que nos conduzca de vuelta al principio silencioso del que venimos; el ser humano precisa de encontrar las palabras exactas para decir la cosa más importante de los hombres: Sí. Aquí existí, indescriptiblemente, por un momento.

No se trata necesariamente de ser el mejor escritor del mundo. Ni siquiera de ser un escritor. Pero sí de capturar los momentos (por difícil que pueda llegar a ser), más significativos de la vida a través de la escritura. De tal manera, se escribe para dejar huella de lo que acontece; para quienes vendrán después y que, aun sin conocerlos, nos prolongan.

Si bien la página vacía, en algunas ocasiones, puede llegar a dejarnos en blanco por el reto que supone, escribir es un ejercicio que incentiva la imaginación, la inventiva, la reconstrucción y la abstracción del pensamiento. Además de la aproximación que brinda respecto a la realidad que circunda a los seres.


El traslado de las experiencias sensoriales al terreno de la palabra escrita es otro motivo para escribir y continuar haciéndolo. Publicar un libro no significa haber escrito algo de valía (sobre todo en la época actual, cuando las tecnologías brindan posibilidades ilimitadas de la difusión escrita, pero no de la calidad), hay personas que registran su vida en un diario, en una libreta de notas, y su acontecer posee más sustancia que muchos de los libros publicados. Aquí integro el beneficio de la duda.

El final, en efecto, es inevitable para todo y para todos. Pero se escribe no para permanecer eternos sino para volver, como versa el siguiente fragmento, a reconciliarnos con el mundo del que somos parte: “existir es sentir y aquí sentir es escribir” Yo escribo. Tú escribes. Él escribe. Todos aprendemos. Nosotros, juntos, existimos.